Comencemos por el principio. Porrúa. Un encantador pueblo de un concejo asturiano -Llanes- con más de treinta playas y multitud de rincones sorprendentes y mágicos. Como el lugar donde está instalado el Museo Etnográfico del Oriente de Asturias, en unos terrenos donados por una pareja de indianos. Preside la escena un gigantesco y centenario aguacate, ejemplar único y extraordinario.
Aquí conservan las tradiciones como en pocos lugares del mundo. Sentado en la mesa de un restaurante local, El Pizá, nació la idea de escribir este blog, veremos si llega a alguna parte. Es un local con auténtico chigre asturiano en la planta baja, donde una chimenea de gruesos troncos te da la bienvenida, mientras los paisanos en la barra descansan de las faenas del campo.
Aquí conservan las tradiciones como en pocos lugares del mundo. Sentado en la mesa de un restaurante local, El Pizá, nació la idea de escribir este blog, veremos si llega a alguna parte. Es un local con auténtico chigre asturiano en la planta baja, donde una chimenea de gruesos troncos te da la bienvenida, mientras los paisanos en la barra descansan de las faenas del campo.
Subes a la primera planta y encuentras una sala sencilla y agradable. Puede ser el mejor restaurante del mundo, si tenemos en cuenta la relación calidad precio. Y es que hablamos de un menú del día de 8 euros. Sí, has leído bien, 8 euros. Y puedes probar la mejor comida casera que oses imaginar. Los callos y el hígado nos transportan a sabores perdidos en la niñez. La lasaña de carne es indescriptible, una delicia. El pollo guisado y los platos de cuchara los podría haber cocinado tu abuela o tu madre, si vivían en el campo o se procuraban materias primas criadas con mimo y sin las prisas de hoy. Pero también encontrarás unos espaguetis a la marinera o unos macarrones a la boloñesa con los que te chuparás los dedos y creerás que estás soñando. El lenguado al estilo inglés del Fish and chips, pero con patatas auténticas hechas en la sartén, refresca una cocina tradicional. La calidad es extraordinaria y el precio increíble. Puedes encontrar cualquier tipo de público, la buena cocina no entiende de estilos, ni de tribus.
Y para bajar un poco la siempre copiosa comida, un paseo por el pueblo y luego a una playa. Entre los cercanos Poo y Celorio encontraremos, después de un buen trecho caminando, la de San Martín, una sugerente cala con acceso peatonal. En Niembro hay un cementerio en una ría. Es un viaje al romanticismo decimonónico, igual que el Paseo de San Pedro, en Llanes, una alfombra extendida sobre un acantilado.
Para cuando una entrada sobre Arriondas?
ResponderEliminarPaciencia, que todo llegará.
ResponderEliminarideales los lugares. Excepcionales las propuestas de comidas.... ¿y qué hacemos las minus que podemos comer tres cosas????
ResponderEliminarLo único que se me ocurre es viajar con apartamento e intentar copiar las propuestas culinarias, aunque siempre hay algún restaurante que se adapta a las dificultades.
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