28 de enero de 2016

Quinoa

   Volviendo a Perú, hay que resaltar un producto que se va abriendo camino poco a poco en nuestra cocina, la quinoa. Al llegar los españoles a América descubrieron muchos alimentos que incorporaron a su dieta y que hoy siguen formando parte esencial de nuestra despensa. Ya sabemos todo sobre el origen de la patata, el tomate, el plátano, el cacahuete, la piña, el maíz o el chocolate. Mucho se ha escrito sobre la evolución de nuestro continente gracias a la patata, el destierro definitivo del hambre. Pero rechazaron de frente el que quizá sea el alimento más completo. La quinoa. Con todas las propiedades nutritivas reconocidas por los científicos actuales, considerado uno de los alimentos más completos, pide paso en occidente de forma fulgurante.
   Cultivada entre 3000 y 4000 metros de altitud, el altiplano parece forjar un carácter de fortaleza extrema. Es un derroche de proteínas, aminoácidos, vitaminas y minerales. Es una de las plantas con mayor contenido en omega 3 y está libre de gluten. Recomendada para combatir el colesterol, es óptima para problemas nerviosos como ansiedad, insomnio o estrés. Y tiene un sinfín de propiedades beneficiosas para el organismo, siendo magnífica como alimento de deportistas.
   Los incas no conocían el colesterol, ni los aminoácidos, ni las proteínas, ni toda esa jerigonza con la que nos empujan a tomar medicamentos que reconduzcan la salud de nuestro cuerpo. Sin embargo, lo consideraban un producto sagrado y realizaban ofrendas de quinoa al dios del sol, Inti. Hay mucho tipos de sabiduría, yo me quedo con la idea socrática: solo se alcanza cuando nuestras actuaciones están encaminadas a procurar el bien. No sé si la medicina moderna busca este camino. No sé si el dios dinero es más avanzado que su colega Inti.
   Este carácter sagrado  provocó que los españoles rechazaran este producto, su afán evangelizador chocaba con estas prácticas paganas. Se eliminó de raíz. O eso pensaban porque se mantuvo a lo largo de los siglos, el pueblo lo siguió consumiendo y hoy los grandes cocineros del mundo se pelean por el cereal de moda. Sí, de moda. ¿Quién se lo iba a decir a aquellos indígenas? ¿O a aquellos conquistadores que exterminaban las plantas como si fueran cianuro? Bajo toda represión, por más poderosa y severamente que imponga su ley, siempre hay alguna fisura. Siempre.
    Es un alimento dúctil,  Se cocina como el arroz y luego permite infinidad de presentaciones. Aquí va una sugerencia muy sencilla, hamburguesas de quinoa. Se pochan unas verduras (pimiento, zanahoria, cebolla...), Se mezcla con la quinoa previamente preparada. Se tritura todo junto. Se le da forma y se mete al horno un cuarto de hora a 150 grados, hasta que se doren. Sabroso, sano y vigorizante. Un plato con una larga historia.