15 de marzo de 2014

Cocina y desarrollo humano



Michaell Pollan es un periodista y ensayista especializado en alimentación y nutrición. Cocinar: una historia natural de la transformación es su último libro, una reflexión muy lúcida sobre el tema. Cocinar nos hizo humanos, nos permitió obtener más energía que otros animales y, sobre todo, ahorrarla en su adquisición. Y dedicarle menos tiempo, que pudimos dedicar a desarrollar el cerebro. El fuego y la cerámica permitieron al hombre sentarse alrededor de un hogar y huir del nomadismo. Así nacieron las civilizaciones. La Historia de la Humanidad  se desarrolla paralela a la cocina. Nuestra alimentación ha sido cada vez más saludable hasta la industrialización de los productos, donde se sacrifica la calidad por el beneficio económico. Sin escrúpulos de ningún tipo.
   Ahora los grandes beneficios no se obtienen con la venta de alimentos, sino con los elaborados. Aquí están los grandes márgenes. Y se incita a la población a comprar estos productos. El resultado es una nutrición menos sana, un abandono de la cocina y un alejamiento de la naturaleza y de los ciclos de la vida.
¿Es exagerado aventurar que el refinamiento de la harina y la acumulación de azúcar en nuestra dieta ha invertido el continuo desarrollo de nuestra inteligencia? Cada vez más gente come sola. Esa falta de socialización, esa individualización acelerada y progresiva, ¿disminuye nuestra percepción de la realidad? 
¿Todo ello contribuye a una mayor ductilidad? 
   Son buenos temas para debatir  alrededor de una mesa en buena compañía.
   Algo es evidente: de lo que se come, se cría.