Cuando dos islandeses se encuentran, lo primero que hacen es buscar a una persona que conozcan los dos.
-¡Ah!, eres el vecino de mi primo Halldór Björnsson.
Y ya se relajan y pueden tratar el asunto que tengan entre manos. Ellos lo llaman la conexión islandesa. El azar quiso que hablásemos con unos madrileños, Elisa y Javier, en el cráter de un volcán y, charlando charlando, acabáramos por descubrir que los padres de ella eran íntimos amigos de los padres de mi amigo Alejandro. Nos pusimos muy contentos porque nos sentíamos ya muy integrados en el país. Que los islandeses encuentren siempre algún conocido común resulta fácil, ya que solo son 320.000 habitantes. Pero que dos españoles, que viven a quinientos kilómetros de distancia, lo consigan, ya es más complicado. No hay duda: ¡nos habíamos impregnado del espíritu islandés! Fue el comienzo de una hermosa amistad.
-¡Ah!, eres el vecino de mi primo Halldór Björnsson.
Y ya se relajan y pueden tratar el asunto que tengan entre manos. Ellos lo llaman la conexión islandesa. El azar quiso que hablásemos con unos madrileños, Elisa y Javier, en el cráter de un volcán y, charlando charlando, acabáramos por descubrir que los padres de ella eran íntimos amigos de los padres de mi amigo Alejandro. Nos pusimos muy contentos porque nos sentíamos ya muy integrados en el país. Que los islandeses encuentren siempre algún conocido común resulta fácil, ya que solo son 320.000 habitantes. Pero que dos españoles, que viven a quinientos kilómetros de distancia, lo consigan, ya es más complicado. No hay duda: ¡nos habíamos impregnado del espíritu islandés! Fue el comienzo de una hermosa amistad.
Si los isleños suelen tener marcados sus rasgos, los islandeses, debido a su especial aislamiento, son más celosos que nadie con su cultura y la preservan y miman con devoción. Nuestro guía Stefán se puso muy contento al saber que yo era un lector de Halldór Laxnes, Hallgrímur Helgason y Arnaldur Indridason. Me preguntaba con gran interés sobre si los escritores islandeses estaban traducidos al español y si eran conocidos.
-Oh, ya se han traducido tres novelas de Indridason, qué bien.
Lo que no le conté fue que Laxness me resultaba demasiado hermético. Pero, al volver de Islandia, lo volví a leer y me resultó apasionante; ahora entendía esas soledades y esa crudeza en una tierra dura como pocas. Cuidan lo suyo con esmero y entusiasmo. Y no podía ser menos con su gastronomía. El pescado es un tema sagrado en esta isla nórdica. Aparece grabado en sus monedas y es uno de los puntos de conflicto para formar parte de la Unión Europea. No están dispuestos en ningún caso a ceder la soberanía de sus aguas. Te cuentan que el bacalao lo refinamos mucho en nuestro país y que a ellos les gusta con un sabor más fuerte. La verdad es que está muy rico, igual que el resto de los pescados. Recuerdo haber comido un pez gato exquisito y una deliciosa trucha del Ártico, sin ningún parecido con las nuestras, por desgracia para nosotros. También están orgullosos de su cordero. La recogida anual de estos animales de los pastos es una fiesta nacional y hablan de ello y de su preparación en la cocina con satisfacción. Realmente es de gran calidad y su principal fuente de carne. El frailecillo es un pájaro simpático y con cara bonachona, parece un peluche. Cuentan que es un manjar único, cada día más idealizado porque solo se permite cazarlo uno o dos días al año para protegerlo de su extinción. No lo puedo imaginar como menú de nadie.
Los islandeses son los más lectores del mundo y dicen que hay casi tantos escritores como habitantes. ¿Será por eso que sientan en el banquillo de los acusados a los banqueros y a sus políticos, por haberlos metido en la crisis económica? ¡Qué envidia!
-Oh, ya se han traducido tres novelas de Indridason, qué bien.
Lo que no le conté fue que Laxness me resultaba demasiado hermético. Pero, al volver de Islandia, lo volví a leer y me resultó apasionante; ahora entendía esas soledades y esa crudeza en una tierra dura como pocas. Cuidan lo suyo con esmero y entusiasmo. Y no podía ser menos con su gastronomía. El pescado es un tema sagrado en esta isla nórdica. Aparece grabado en sus monedas y es uno de los puntos de conflicto para formar parte de la Unión Europea. No están dispuestos en ningún caso a ceder la soberanía de sus aguas. Te cuentan que el bacalao lo refinamos mucho en nuestro país y que a ellos les gusta con un sabor más fuerte. La verdad es que está muy rico, igual que el resto de los pescados. Recuerdo haber comido un pez gato exquisito y una deliciosa trucha del Ártico, sin ningún parecido con las nuestras, por desgracia para nosotros. También están orgullosos de su cordero. La recogida anual de estos animales de los pastos es una fiesta nacional y hablan de ello y de su preparación en la cocina con satisfacción. Realmente es de gran calidad y su principal fuente de carne. El frailecillo es un pájaro simpático y con cara bonachona, parece un peluche. Cuentan que es un manjar único, cada día más idealizado porque solo se permite cazarlo uno o dos días al año para protegerlo de su extinción. No lo puedo imaginar como menú de nadie.
Los islandeses son los más lectores del mundo y dicen que hay casi tantos escritores como habitantes. ¿Será por eso que sientan en el banquillo de los acusados a los banqueros y a sus políticos, por haberlos metido en la crisis económica? ¡Qué envidia!