7 de junio de 2014

Solar de Bujadas

   En el Valle de Trasmiera, en el corazón de Cantabria pero muy cerca de la capital, encontramos una casona del siglo XVI regentada por Doña Patrito. Ofrece a sus clientes un menú con precio moderado y de una calidad extraordinaria. Asimismo da clases de cocina y muestra sus secretos con los pucheros. El comedor es una sala llena de encanto y escenario ideal para pasar una velada en buena compañía. La vi nada más entrar, no sé si  estaba en el centro del aposento pero sí protagonizaba la atención. Su resplandor dorado me cautivó y ya solo le presté atención a ella. Me ocupé de atenderla lo mejor que pude. La chimenea.
La anfitriona despliega toda su amabilidad y consigue que te sientas como en tu casa. La comida es casera con sabores de siempre, nunca cansan. Nos tocó empezar con unos aperitivos en escabeche, seguimos con una sopa castellana impecable y finalizamos con unos pimientos rellenos magníficos. Aunque me imagino que dé un poco lo mismo los sabores que ofrezca para comer, la buena mano de la cocinera es evidente y cualquier plato resultará sabroso. Seguro.
Uno se va con la seguridad de volver; la cocina es estupenda pero no es lo único, hay que añadir el trato familiar y un marco singular y seductor.