12 de agosto de 2014

El cóndor pasa

   El Cañón del Colca es un paraje hermoso y singular de Perú. Impresiona esta naturaleza sin domesticar en un país poblado de inmensas soledades. Espacios ingentes que te ayudan a encontrar tu pequeño lugar en el mundo. Y sobre esta garganta trazada con fuerza pero sin violencia, podemos contemplar al cóndor sobrevolando majestuoso sobre su territorio. Pues sí, es verdad, el cóndor pasa. Debe ser una de las pocas verdades que nos han contado, casi todo lo demás es falso, especialmente lo que parece más verdadero. Cuanto más creemos, y tenemos una capacidad ilimitada para tragar,  más posibilidades hay de tropezarnos con una falacia, eso sí, disfrazada con algún hábil ardid que nos confunda.
Y el cóndor -escribía- sobrevuela una tierra dura pero generosa. Árida pero fructífera. Los diferentes paisajes, incluido el altiplano, son austeros y recios pero producen  generosas cosechas de frutas y verduras. La sabiduría inca sobre la agricultura se mantiene y solo hay que visitar los mercados a lo largo de toda la nación para comprobarlo. Su vistosidad y colorido, la desbordante variedad de productos impresiona al visitante. En un mercado de cualquier ciudad puedes encontrar cuarenta puestos de juguerías, locales donde te ofrecen el jugo de cualquier fruta o verdura. Es curioso que en casi todo el mundo puedes encontrar esta oferta de zumos, salvo en nuestro país, riquísimo en la producción de fruta. Y te lo hacen al momento. Porque no solo se vende, se beben los jugos y, además,  se come. Gran cantidad de espacios ofrecen la posibilidad de probar diferentes platos cocinados allí mismo. Como en los más modernos mercados de nuestro país, qué curioso. Lo que aquí es vanguardia, allí es tradición. Lo que aquí practican desde hace poco las clases acomodadas, allí lo hacen tradicionalmente las clases populares. Muchos cocineros europeos abren restaurantes en Perú, no solo para aprender de esta extraordinaria cocina, sino para proveerse de la riqueza de sus productos. Tienen 3000 tipos de patata, es habitual encontrar un puesto donde se venden treinta  o cuarenta clases diferentes. Sus cereales demuestran cualidades magníficas, su carne de alpaca con colesterol cero es sabrosísima. Y un sinfín de alimentos que occidente está descubriendo.
   Si a eso añadimos la influencia de diferentes cocinas -española, china, japonesa, quechua-, no es de extrañar que sea la cocina de moda en el mundo. La mezcla siempre enriquece. Y ya contaré que esta moda no es casual. La cocina peruana es espectacular.







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